Presentación

Originalmente cargada por Zeffe.

Viernes, todo listo. Según lo acordado nos veríamos en aquella estación. Caminaríamos, conversaríamos, tomaríamo aquel café tantas veces acordado, nos miraríamos...

Las emociones y latidos se incrementaban ya para el mediodía, conforme la hora se acercaba, un revoltijo de ideas me llenaban la cabeza. Los pensamientos me hacían dudar en sí seguir o no. Sudaba, pero no por saber quién era, sino por que ya se me estaba haciendo tarde y debía acelerar mis pasos hacia el lugar.

2:15. Quince minutos tarde, bueno, era hora de empezar a buscar entre la multitud de gente ahí presente. Pasados unos minutos, la gente iba subiendo y bajando del Metro. Yo seguía tratando de enfocar y visualizar su silueta, aún desconocida para mi. Sin embargo creía firmemente en que sería capaz de adivinar correctamente su persona.

-"Disculpa amiga, tú eres...", me repetía una y otra vez, en aquel ensayo de presentación.

Continuaba el transitar del colectivo social, así como mis miradas a cada mina, a cada punto del andén, esperando su sorpresa.

2:30. ¿Acaso me vería a lo lejos? Quizás sería que no era lo que ella esperaba... O el miedo que también me inundaba, ¿ella lo compartía? En este momento, mi respiración y pulso habían bajado su frenesí. Solo esperaba...

La música, la cual esta siempre presente en mi vida, es lo único que acompaña mi ya habitual soledad. Tarareo una canción.

2:45. Luna sin sol... Media hora después. En ningún momento deje de esperarla, pero decido terminar sutilmente con mi espera, me alejo lentamente de aquel andén. Había ratos en los cuales, algunas minas también me observan, que raro. Cuando decides conocer a alguien, otras personas muestran interés hacia ti. Debo caminar y pensar un poco.

Ya en la calle, me dirijo a aquel café. La fila tiene a 5 personas más delante de mi. Formado en fila, escucho de pronto:

-"Amigo, ¿esta es la fila?"

Devuelvo la respuesta afirmativa a aquella voz. Su rostro es bello. Lentamente inicia una pequeña conversación. Es mi turno, elijo mi café, pago y me retiro. Nos despedimos con un adiós.

Agarro mi soledad e inicio mi caminar pausado por las calles del centro de esta ciudad. Entre librerías, personas, buscar un baño y nuevamente comprarme otro café por Reforma; mi día termina.

Tal vez todo sea mi culpa, por lo pasado la noche anterior. Me negaba a pensarlo, pero hay veces que ciertas personas, están mejor de lejos, o por ahora eso creo...